Mañana, uno de diciembre, se celebra el
Día Mundial de la lucha contra el SIDA. Este año el VIH cumple 30 años. En 1983
Montagnier y Barré-Sinoussi (ambos Nobel de Medicina 2008) descubrieron que el
virus VIH era el causante del SIDA.
Desde que se
describió el primer caso de SIDA en 1981, ha habido unos 60 millones de personas
infectadas de las cuales 25 millones han muerto por su causa. El SIDA sigue
siendo una enfermedad incurable. Solo se conocen dos casos: el “paciente de
Berlín”, Timothy Brown, que se curó tras recibir un trasplante de médula ósea
de un donante genéticamente resistente al VIH, y el caso reciente de un
bebé que se curó gracias a un agresivo y precoz tratamiento antirretroviral.
Treinta años
después todavía hay preguntas pendientes sobre el SIDA y el VIH.
¿Por qué es tan
difícil curar el SIDA? Por su
extraordinaria capacidad de mutación y cambio. Es mucho más variable que el
virus de la gripe, por ejemplo. El virus comete muchos fallos al copiar su
genoma y se multiplica tan rápidamente que en un mismo paciente se pueden
aislar estirpes de VIH genéticamente distintas a lo largo de su vida. Esta
enorme variabilidad es la causa de que el virus se haga resistente a los
tratamientos. Se conocen más de 60 mutaciones en el genoma del VIH que hace que
éste sea resistente a más de 15 fármacos distintos. Para evitar estas resistencias,
los tratamientos combinan tres fármacos, la triple terapia, que debe mantenerse
de por vida. Suele requerir varias dosis diarias, tiene efectos secundarios
importantes y es un tratamiento caro. Todo esto dificulta que muchas personas
puedan tener acceso a esta medicación. Recuerda que más del 90% de los casos de
SIDA están en países en vías de desarrollo: solo en África hay más de 11
millones de niños huérfanos de padre y madre por el SIDA.
Esta variabilidad
del virus también hace que la obtención de una vacuna sea francamente difícil.
La esperanza está puesta en las vacunas terapéuticas que ayuden a controlar el
virus en personas ya infectadas. Y otro factor que dificulta el control es que
el VIH destruye nuestras defensas. Infecta a los linfocitos T CD4, que son como
el director de orquesta de nuestro sistema inmune, por lo que el enfermo se
queda sin defensas para luchar contra otras enfermedades.
¿Y cuál es la
situación actual del SIDA en España? El virus se
introdujo y se extendió al principio sobre todo a través de los consumidores de
drogas. Ha habido un total de 82.009 casos notificados de SIDA. A finales de
los 80, España tenía una de las tasas más altas de SIDA en Europa. Desde 1985
hasta 1994, los casos aumentaron rápidamente y de forma continua. El año en el
que se diagnosticaron más casos fue en 1994, y a partir de 1996 la incidencia
de la epidemia ha ido disminuyendo de forma espectacular, gracias al
tratamiento. En 2011 se notificaron 2.763 casos nuevos de SIDA, una tasa
similar a la del resto de Europa occidental. Ocho de cada 10 casos nuevos son
hombres, la mitad homo o bisexuales y solo un 5% son consumidores de drogas
infectados por vía sanguínea. En general, se observa que en consumidores de
drogas y en heterosexuales los casos de SIDA descienden, mientras que aumenta
en hombres homo o bisexuales, una tendencia similar a la del resto de Europa.
¿Cómo me puedo
contagiar de SIDA? El VIH solo se
transmite de persona a persona. A escala mundial, la mayor parte de las
infecciones ocurren por vía sexual. También el virus puede pasar de la madre al
hijo, durante el embarazo, el parto o la lactancia. Sin embargo, si se trata
con antirretrovirales a la madre, el nacimiento es por cesárea y se evita la
lactancia materna, la posibilidad de infección del bebé es mínima. Las transfusiones de sangre o
hemoderivados es otra vía de infección muy importante, especialmente en países
donde no hay control sanitario. También es posible adquirir la infección por
salpicaduras en mucosas o heridas de sangre o secreciones genitales infectadas
por el virus. El pincharse con objetos infectados, como les pasa a los
consumidores de drogas inyectables, es otra fuente de infección. Esta vía
predomina ahora en los países Bálticos, Europa del este y Asia central.
Aunque el VIH
puede encontrarse en saliva, lágrimas y sudor, la concentración de virus es tan
pequeña que no se han descrito casos de transmisión a partir de ellos. ¿Y los
mosquitos, puede el VIH transmitirse por picadura de mosquitos como el dengue,
la fiebre amarilla o la malaria?. NO, el VIH no es capaz de multiplicarse y
permanecer en los mosquitos, por lo que aunque pique a un enfermo con el virus
en su sangre, el mosquito no puede trasmitir el VIH a otra persona. El SIDA no
se transmite por mosquitos. Después de más de 30 años desde que se identificó
el virus, no se conocen casos de infecciones por el contacto habitual dentro de
la familia, el trabajo o la escuela.
¿Y qué
probabilidad tengo de infectarme con el VIH? La vía más eficaz de transmisión es la inyección de
productos contaminados, como transfusiones de sangre o hemoderivados. La
probabilidad de infección si la sangre está contaminada por el virus es superior al 90%
Afortunadamente, en países donde hay control sanitario, las
transfusiones de sangre son seguras. Un pinchazo accidental con una aguja
infectada puede transmitir el virus en 3 de cada 1.000 exposiciones. Respecto a
la transmisión sexual, la vía más eficaz de transmitir el VIH es el coito anal:
la probabilidad es de entre 5 y 30 infecciones por cada 1.000 exposiciones,
siendo el riesgo mayor para la persona receptiva que para la que penetra. En el
coito vaginal, la probabilidad de transmisión es mayor de hombre infectado a
mujer sana que al contario, entre 1 y 2 infecciones por cada 1.000
exposiciones.
Además, hay otros
factores que influyen. La probabilidad de contagio sexual aumenta si algún
miembro de la pareja tiene otra infección de transmisión sexual, como la
sífilis que produce úlceras; o cuando existe sangre, debido a la menstruación o
erosiones; o cuando la cantidad de virus en la persona infectada es alta, lo
que ocurre al inicio de la infección o si no se recibe tratamiento
antirretroviral. Las personas con tratamiento correcto y que lo siguen
regularmente tienen menor número de virus, lo que reduce el riesgo de infección
para su pareja. Los hombres circuncidados también presentan menor riesgo de
infectar a la mujer.
¿Acabaremos alguna
vez con el VIH? Sí. Aunque de
momento no haya vacuna y los efectos secundarios de la terapia sean
importantes, los tratamientos actuales antirretrovirales han conseguido hacer
del SIDA una enfermedad crónica: se pueden estar muchos años con tratamiento
con una calidad de vida muy aceptable y evitando que aparezcan los síntomas del
SIDA. El diagnóstico temprano es esencial. Los pacientes diagnosticados tarde
se recuperan peor y presentan mayores tasas de mortalidad. Hace un par de
años se publicó un trabajo que fue calificado entonces como el mejor descubrimiento
del año por la revista Science.
Según los autores, la simple administración de fármacos antirretrovirales
reduce hasta un 96% la posibilidad de transmisión del VIH por vía sexual. Este
trabajo demostró que el tratamiento antirretroviral temprano tiene unos efectos
clínicos beneficiosos tanto para las personas infectadas por el VIH como para
sus parejas sexuales no infectadas. Por tanto, tratamiento es prevención, y los
beneficios de la terapia antirretroviral son una esperanza que puede ayudar a
controlar la transmisión del SIDA de manera eficaz.
Hay que ser
optimista. La combinación de prevención, diagnóstico temprano y tratamiento
antirretroviral reducirá significativamente la incidencia de esta enfermedad en
un futuro muy próximo.